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Dentro de YouTube

Susan Wojcicki: Preservar la apertura con responsabilidad

Por Susan Wojcicki

CEO



Estimados creadores y artistas:



Como cada trimestre, me detuve a reflexionar sobre mis prioridades y cómo puedo ayudar a nuestros usuarios a alcanzar el éxito en YouTube. Pero, en vez de repasar los altibajos de este trimestre, quiero dedicar un momento a hablar sobre un tema extremadamente importante para mí, pero también para el futuro de esta plataforma: cómo podemos mantener la transparencia sin dejar de lado nuestra responsabilidad de proteger a la comunidad.


YouTube se basa en la premisa de apertura. Basado en esta plataforma abierta, millones de creadores de todo el mundo se han conectado con audiencias globales y muchos de ellos han creado negocios prósperos en el proceso. Pero la apertura viene con sus desafíos, por lo que también tenemos lineamientos de la comunidad que actualizamos constantemente. Por ejemplo, hace poco implementamos la política contra la incitación al odio, y próximamente haremos lo propio con nuestra política sobre el acoso y el ciberacoso. Si creas una plataforma diseñada para dar cabida a tantos usuarios con sus diferentes puntos de vista, inevitablemente habrá quienes se pasen de la raya. Dichos usuarios tratarán de explotar la plataforma para su propio beneficio, independientemente de que se implementen sistemas para detenerlos. Conforme más y más problemas salen a la luz, comienzan a escucharse las opiniones de legisladores, comentaristas y miembros de la prensa, quienes cuestionan el valor de una plataforma abierta, e incluso su viabilidad.


Pese a todo esto, considero que preservar una plataforma abierta nunca había sido tan importante.


En primer lugar, la apertura da pie a oportunidades. Los creadores de hoy han construido una economía creativa completa y están redefiniendo a los medios. Son la próxima generación de medios, con millones de visitas y marcas globales, que contribuyen a las economías locales y globales y ,a su vez, crean empleos. Estos creadores no habrían tenido la oportunidad de hacerse un hueco si el marco de dichos medios hubiera estado más limitado. Simone Giertz, una creadora sueca entusiasta de la robótica, y Molly Burke, una vloguera ciega que documenta su estilo de vida, son dos ejemplos de casos poco convencionales que, aunque no captaron la atención de los medios de comunicación tradicionales, ahora triunfan en YouTube: gestionan sus negocios, venden merchandising, crean puestos de trabajo para otras personas y generan un valor económico real en sus comunidades. Otras creadoras, como Laura Vitale, Sallys Welt y Helen's Recipes, han convertido su pasión por la comida en un trabajo a tiempo completo: tienen canales muy populares, lanzan libros de cocina, etc. Y no son las únicas. En un estudio de la Universidad de Ryerson se detalla que los YouTubers han creado 28.000 puestos de trabajo a tiempo completo en Canadá, que un veinte por ciento de los creadores canadienses que pueden monetizar su canal generan empleo para otros. En todo el mundo, el número de canales que ganan más de $ 100,000 continúa aumentando un 40% año tras año.


En segundo lugar, la apertura contribuye a crear una comunidad. En una plataforma abierta, compartir una experiencia puede unir a las personas de maneras inimaginables. Por ejemplo, Ryleigh Hawkins, de Nueva Zelanda, creó el canal Tourettes Teen para concienciar al público de cómo se vive con el síndrome de Tourette. Gracias a sus vídeos, didácticos pero cargados de humor y alegría, ha cautivado a usuarios de todo el mundo y ha logrado que quienes sufren este trastorno que podría conducir a la soledad dejen de sentirse solos. También hay adolescentes que cuentan porque no han entrado en la universidad y nos recuerdan que cosas así le pasan a cualquiera, pero que todos podemos pasar ese bache.


Y, por último, la transparencia fomenta el aprendizaje. Como hija de un profesor y estudiante de por vida, me ha inspirado muchísimo poder ver a creadores de contenido didáctico como Origin of Everything, Manual do Mundo y Eddie Woo convertir esta plataforma en el mayor salón de clases del mundo. Cada vez que conozco a alguien y le pregunto sobre YouTube, me cuenta una anécdota sobre algo que aprendió en esta plataforma: cómo gracias a YouTube una estudiante hace su tarea de matemáticas, una madre arregló la puerta del garaje o un empleado llegó a dominar una nueva habilidad profesional.


Quiero que conste que nada de esto habría sido posible sin la transparencia de YouTube. Sin un sistema abierto, habría alguien a cargo de decidir quién podría contar su historia en la plataforma y, en este tipo de situaciones, solo consiguen participar las personas que comparten la visión de quien está al mando. El pequeño negocio de una mujer que comparte su pasión por la elaboración de jabón no habría tenido futuro en tales circunstancias. El adolescente al que acosan en el colegio no daría con una comunidad de personas que se parecieran a él, pudieran empatizar y le hicieran ver que todo puede mejorar. Y las mentes curiosas e interesadas en la física planetaria que buscan vídeos sobre el tema probablemente tendrían poco que ver.


Comprometerse a ofrecer transparencia no es una tarea fácil. A veces implica no retirar el contenido poco convencional, controvertido o incluso ofensivo. Pero creo que debemos escuchar distintos puntos de vista para cultivar una sociedad más informada y fuerte (aunque discrepemos categóricamente con algunas de esas posturas). Nuestra estrategia para proteger la transparencia de la comunidad va más allá de las normas que permiten esta diversidad de opiniones; una gran parte de nuestra labor consiste en tomar medidas para asegurarnos de que esta comunidad es responsable. Este año, he dicho en repetidas ocasiones que la responsabilidad es mi prioridad principal. Al abordar de manera responsable la gestión del contenido que se aloja en nuestra plataforma, podemos proteger tanto a usuarios como a creadores, y seguir fomentando todos los aspectos positivos que derivan de una plataforma abierta.


El contenido problemático representa una fracción del uno por ciento del contenido en YouTube y estamos trabajando constantemente para reducir esto aún más. Pero este pequeño porcentaje tiene una gran repercusión, tanto en los posibles daños que puede causar a nuestros usuarios como en la desconfianza que comienza a suscitar el propio modelo abierto que ha permitido el auge de la comunidad creativa. Uno de los rumores que han llegado a nuestros oídos es que nos cuesta tomar medidas con respecto al contenido problemático, ya que este nos supone un beneficio empresarial. Esto, simple y llanamente, no es verdad. De hecho, si no tomamos las medidas suficientes a largo plazo, los usuarios, anunciantes y creadores dejarán de confiar en nosotros. Y queremos ganarnos esa confianza.


Por eso en estos últimos años hemos invertido de manera significativa en equipos y sistemas que protejan YouTube. De este modo, abordamos la responsabilidad con nuestras cuatro erres:

  • RETIRAMOS el contenido que infringe nuestras políticas lo antes posible. Tratamos continuamente de hacer que nuestras políticas sean más claras y eficaces, como hemos hecho este mismo año con las bromas y los desafíos, la seguridad infantil y la incitación al odio. Nuestro objetivo es ser reflexivos cuando hacemos estas actualizaciones y consultamos a una amplia variedad de expertos para informar nuestro pensamiento, por ejemplo, hablamos con docenas de expertos mientras desarrollamos nuestra política actualizada de discurso de odio. También informamos sobre las eliminaciones que realizamos en nuestro informe trimestral de cumplimiento de los Lineamientos de la comunidad. Agradezco que la comunidad de creadores nos haga saber cuando no están satisfechos con las políticas. Uno de los aspectos que se nos ha comentado más a menudo es que debemos actualizar las políticas que abordan el acoso entre creadores. En mi última carta les dije que estudiaríamos la situación, y les daremos más información al respecto en los próximos meses.
  • RESPALDAMOS las fuentes fiables cuando los usuarios buscan noticias e información, especialmente, cuando se trata de noticias de última hora. Nuestros estantes de noticias de última hora están disponibles en 40 países y seguimos ampliando ese número.
  • REDUCIMOS la propagación del contenido que sobrepasa los límites de nuestras políticas. En EE. UU., donde modificamos las recomendaciones este año, ya hemos presenciado una disminución del 50 % de las visualizaciones que proceden de las recomendaciones en este tipo de contenido; por lo que ahora será más probable que el contenido de calidad destaque sobre el resto. Además, ya hemos comenzado a probar este cambio en el Reino Unido, Irlanda, Sudáfrica y otros mercados angloparlantes.
  • RECOMPENSAMOS a los creadores de confianza que pueden monetizar su canal y hemos fijado requisitos más exigentes para determinar qué canales los reúnen y pueden generar ingresos en nuestro sitio web. No todo el contenido que permitimos en YouTube es compatible con lo que los anunciantes consideran adecuado para sus marcas, así que tenemos que asegurarnos de que están conformes con dónde se muestran sus anuncios. Por eso hemos habilitado nuevas fuentes de ingresos para los creadores, como Super Chat y la función Miembros del Canal. Miles de canales, tras combinar estas nuevas herramientas con los anuncios, han aumentado los ingresos totales que obtenían con YouTube en más del doble.


Las historias que me cuentan los creadores me inspiran cada día. La comunidad que se ha forjado es la prueba de que, si Internet se concibe como un espacio donde se pueda expresar una gran variedad de ideas, se puede conseguir que el mundo sea un lugar mejor. Han creado algo increíble. Ahora nos toca a nosotros encontrar el equilibro entre la transparencia y la responsabilidad para que ese legado perdure en las próximas generaciones de creadores y usuarios.